Resoluciones

Casi tres años de silencio bloguero no vienen gratis, y hay muchísimas cosas sobre las que desearía escribir, pero hoy no es el día. Estamos transitando los primeros momentos de este nuevo año, y siento que es algo así como "mi deber" hacer honor a esto. ¿Quién no dijo alguna vez "Este año voy a..." y enumeró una lista de cosas que antes de Febrero ya habían quedado en el olvido? Las famosas resoluciones de año nuevo que elaboramos mientras nos encontramos en ese estado de embriaguez que generan las Fiestas y la posibilidad de nuevas oportunidades.
Esta vez quisiera compartirte las mías. Tal vez no sean grandes, o ambiciosas. Tampoco son muy específicas. Pero considero que, de todos modos, requieren trabajo.
En 2018, espero que nada me distraiga de mis metas. Espero tener el coraje de atreverme. Que lo convencional no me amedrente, que lo tradicional no me seduzca. Deseo que en el 2018 la creatividad no me abandone, ni que yo la deje ir. Deseo no ser presa de lo cómodo, no perderme en las rutinas. Que la repetición no conforme mis días, que mis opciones no sean aparentes.
Todas pretendemos muchas cosas de los nuevos años, especialmente cambios. Podemos querer repetir compañías, repetir lugares, etcétera; pero todas las buenas historias, las que valen la pena, son únicas. Lo bueno dura poco. Esa es su gracia, y por eso hay que aprovecharlo. Contamos con la ventaja de saber con antelación que tiene un plazo. Estamos prevenidas, fogueadas.
Por eso te propongo que el 2018 sea nuestro año. Que capitalicemos esos instantes irrepetibles. Que nadie logre hacernos sentir que como individuos no somos suficientes. Que no puedan convencernos de que, si fuéramos menos nosotras mismas, seríamos más (¿más qué?). Que busquemos, principalmente, estar satisfechas con quienes somos; y que tengamos el valor y la determinación de modificar lo que nos inquiete. Que nos apoderemos de nuestras vidas, aunque eso a veces signifique que nuestro mundo ideal y nuestro mundo real deban negociar. Nadie nos va a regalar nada, así que aprendamos también a celebrar las pequeñas victorias, seamos agradecidas. Para recordarnos que siempre queda un escalón por subir está el resto del mundo. Atrevámonos a ser introspectivas, a reflexionar, y a sentirnos cómodas con la soledad; después de todo, sólo vamos a pasar la vida entera con nosotras mismas, y tenemos que aprender a soportarnos. Y a aceptarnos.
En definitiva, la forma más efectiva de apoderarte de este año, es vivirlo a tu manera. Después de todo -y a menos que estés dañando deliberadamente a otra persona- la primera a la que van a afectar tus decisiones, es a vos misma.

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