Sobre Feminismo, sin ser feminista

Una de las tantas cosas de las que no podemos zafar aquellos que bloggeamos a diario, es enterarnos de noticias internacionales no muy gratas. Noticias que no llegan a los noticieros que miramos, o los diarios que leemos, por el motivo que sea. Hace una semana, cerca de la Universidad de California (Santa Bárbara, Estados Unidos), aconteció un tiroteo masivo en el que murieron seis chicas a manos de un joven de 22 años. Motivo: el rechazo que él sentía por parte de sus compañeras de estudios.
Y ahí, no más, saltaron todas las feministas en la red social que se te ocurra, vinculando el episodio al derecho masculino (male entitlement) y la forma en que éste ha contaminado el comportamiento de ese mismo género. Mientras que los medios buscaban la raíz de su proceder en una depresión de larga data o en el egoísmo de sus compañeras, los hombres y mujeres que adhieren al Feminismo coparon internet con su indignación, porque ninguna de las dos razones que mencioné anteriormente pueden ser usadas como fundamento para cometer seis asesinatos, cinco, o uno. Esencialmente, en este caso, lo que contempla el concepto de derecho masculino es esa creencia arraigada de que, si un hombre exige tener un vínculo afectivo o sexual con una mujer, puede ofenderse (por decir lo menos) ante la negativa, puesto que, precisamente, es su derecho de hombre recibir de la mujer lo que desea. Y, si lo pensamos dos segundos, si hubiera sido al revés, si una mujer hubiera matado a seis hombres porque, a lo largo de su vida, no obtuvo de ellos la atención que esperaba, poco hubiera tardado la gente en afirmar que es una hija de mala madre (por ser correcta) y que está completamente "chiflada". Si quieren informarse más, y tienen cierto dominio del Inglés, los refiero a la etiqueta #YesAllWomen en Twitter y Tumblr, porque la gente real y sus experiencias personales no están en la tele.
Antes de continuar con este discurrir sobre Feminismo, les aclaro que no van a encontrar acá el típico discurso del estereotipo de feminista que odia a los hombres, que piensa que son unos inútiles en todo lo que respecta al ámbito doméstico, que no les confiaría la crianza de sus propios hijos, que espera que ellos paguen hasta el último centavo en cada cita, que está segura de que son todos animales sexuales insaciables, que se regocija cada vez que un hombre es víctima de cualquier tipo de violencia, que pretende salirse con la suya si abusa de un hombre, que espera que sean ellos los que hagan todo el trabajo duro (y, si mueren en el proceso... allá ellos), que desea que todos los hombres se queden solos, porque, más que seguro, es la más lesbiana de las lesbianas. No van a encontrar nada de ese "discurso feminista" principal y únicamente porque eso no es Feminismo. La idea de que las mujeres somos más competentes en las tareas del hogar, y que somos, aparentemente por naturaleza, mejores amas de casa, es parte del patriarcado. La idea de que las mujeres somos mejores proveyendo cuidados a los niños, mientras que, en los hombres, no es algo que se dé naturalmente (y que, por ende, un padre pueda llegar a perder la tenencia de sus hijos, dado un caso extremo) es parte del patriarcado. La idea de que las mujeres debemos priorizar las labores domésticas sobre las metas profesionales, la idea de que tenemos que hacer bebés en vez de dinero y, por lo tanto, recibir algún tipo de manutención, es parte del patriarcado. La idea de que las mujeres no podemos alcanzar el mismo éxito financiero que los hombres, trabajando en las mismas áreas para las que ambos estamos igualmente calificados, y que, en consecuencia, ellos deben proveer en lo económico, es una forma de desestimar al género femenino, y es parte del patriarcado. La idea de que los hombres no pueden controlar sus impulsos sexuales bajo ningún punto de vista (convirtiendo, así, a absolutamente todos los hombres en potenciales violadores) es parte del patriarcado. La idea de que ser víctima es una debilidad femenina, sumada a la cantidad de presiones y expectativas que disminuyen la calidad de vida de cualquiera de los dos géneros, son parte del patriarcado. La idea de que la victimización es inherentemente femenina y, por lo tanto, es motivo de burla si un hombre se reconoce como víctima (lo que, en consecuencia, lo privaría de buscar ayuda) es parte del patriarcado. La idea de que la mujer debe gozar de la seguridad que le brinda un trabajo de secretaria, mientras que los hombres deben poner en riesgo su integridad física en la industria, la minería o la guerra, es parte del patriarcado. La idea de que determinada gente tiene más valor que otra por atributos físicos, superficiales, es parte del patriarcado. La idea de que sólo las mujeres pueden amar y, consecuentemente, defender a otras mujeres, es parte del patriarcado. La idea que tiene la mayor parte de la gente de lo que es el Feminismo, es parte del patriarcado.
El verdadero Feminismo no podría estar más entusiasmado por la desaparición de los roles de género, por la desaparición de ese estigma sobre el hombre que se queda en casa para cuidar a sus hijos, sobre la mujer que sale todos los días a trabajar, sobre el hombre que es más sensible, sobre la mujer que es más calculadora, sobre el hombre que quiere ser bailarín, sobre la mujer que quiere jugar al fútbol, sobre el hombre que se peina, sobre la mujer que no se maquilla, sobre el hombre que prefiere ropa de marca, sobre la mujer que no disfruta de ir al shopping, sobre el hombre que desea formar una familia, sobre la mujer que prefiere estar sola...
Y con todo esto no quiero convencer a nadie de convertirse en feminista, ni de adherir, mi tarea no es evangelizar y siempre lo supe. Estás en todo tu derecho de seguir en contra del Feminismo, si es eso lo que sentís correcto personalmente. Pero, creo yo, es un poco más responsable saber qué es aquello a lo que te estás oponiendo.
Esta es la primera vez que escribo sobre Feminismo y, ya se imaginarán, no será la última.
Finalmente, ¿por qué empecé diciendo que no soy feminista, cuando la realidad es claramente otra? Digamos que fue una especie de experimento, porque no sé cuántos hubieran leído esto de haberme confesado feminista de entrada. Y ese, lamentablemente, es el tipo de prejuicio que le debemos a la ignorancia. Y al patriarcado, ya que estamos.

Comentarios

  1. Muy interesante entrada en tu blog, Aldu!!! La verdad que coincido en muchas cosas y me pongo a pensar en otras que antes quizás no tuve en cuenta y la verdad que coincido también jajaja
    Me evangelizaste. Punto para el feminismo :D jaja Nah, posta que muy buena nota.
    Abrazo!!!

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    1. Gracias, Pablito! Vamos, todavía, convirtiendo a todo el mundo jajajaja
      Gracias por leer, en serio; y me alegra que te haya gustado ;)
      Besos!

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