Máquina del Tiempo: "Estar enamorado" (II)

Descubrir el amor. Encontrar al poseedor del comúnmente llamado paquete completo. Aquel cuyo interior es tan maravilloso que se refleja en su exterior. Deslumbrarnos con la dificultad que tenemos para encontrarle defectos. Asomarnos por la ventana a su corazón, darnos cuenta de que los ojos son el reflejo del alma.
Es dar con la persona que, desinteresadamente, y hasta sin querer, nos brinda todo lo que necesitamos. Que está presente en el momento justo. Nuestro oasis.
Es volver a creer en el amor del mismo modo en que lo veíamos cuando niños. Darnos cuenta de que el romanticismo no hace daño, pero sí la falta de él. Vivir nuestro propio cuento de hadas, nuestros sueños infantiles.
Es ver en un ser todo aquello que nuestras madres siempre quisieron para nosotros; y sorprendernos con el hecho de que, si es con esa persona, nosotros también lo queremos. No temer a oír las campanas repicar ni a lo que viene más adelante.
Es encontrar un lugar en el mundo, junto a la persona capaz de traer paz a cualquiera de nuestras guerras.
Es amar tanto y de forma tan pura que, al lado de los dos, las rosas pierden su hermosura. Enseñar al mundo, mediante besos y abrazos, a recuperar su belleza natural. Que las luchas sólo valgan la pena si nos van a garantizar un minuto más en la vida de amar y ser amados.
Es sentir el calor que se expande desde el pecho hasta la punta de los dedos cada vez que estamos en compañía de nuestro ser querido.
Es sabernos capaces de lo imposible, de tocar el cielo con las manos; pero no poder contener nuestros instintos siempre que nos someten los encantos del otro.
Es poder medir en latidos y lágrimas el espacio que nos separa, y el tiempo que nos vimos distanciados.
Es recorrer el camino hacia un sitio que jamás creímos ver, salvo en la imaginación. Disfrutar del placer de que el amor sea nuestra energía, nuestra mejor canción, y poder vivirlo libremente.

Marzo de 2008

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